jueves, 2 de junio de 2016

Scorpions: ¡Qué pesados!




Un espectáculo impresionante es el que la banda alemana ofreció en la Arena Monterrey ante 11 mil alocados fans


Mario Alberto Palacios
Foto: Mario Alberto Palacios

¿Cómo resumir cinco décadas de historia musical en apenas dos horas?

La banda alemana de hard rock, Scorpions, tiene la fórmula exacta: rockeando como un huracán y dinamitando la Arena Monterrey a aguijonazos de guitarra y con una base rítmica tan pesada como los tanques Panzer, leyendas de la Segunda Guerra Mundial.

En lo que fue (¿será cierto?) su sexto y último concierto ofrecido en Monterrey en los pasados 24 años y que forma parte de su gira mundial del 50th Anniversary World Tour, coincidente con la aparición de su décimo octavo disco de estudio “Return to forever”, los cinco músicos teutones derrocharon sobre el escenario vitalidad y energía rockera sin parar pese a rondar casi los 70 años sus miembros fundadores.

Ante 11 mil espectadores, la velada rockera inició con un tema reciente “Going out with a bang”, perteneciente al álbum “Return to forever, seguido de un clásico ochentero “Make it real”, de su producción “Lovedrive”, de 1982 seguido de “The zoo”, también del mismo disco y una de sus piezas más pesadas que casi se arrastra por el piso con una batería densa y atronante.

En “Coast to coast”, uno de sus escasos temas instrumentales, los dos guitarristas, Rudolf Schenker y Matthias Jabs, acompañados por el vocalista Klaus Maine en otra guitarra rítmica y el bajista Pawel Maciwoda, tomaron el frente del escenario para mostrar el poderío rítmico de una agrupación que varía de lo más pesado y veloz a las baladas más sutiles y finas.

Ya entraron en el túnel del tiempo, Scorpions ejecuta un medley de temas de los años 70 cuando jóvenes y rápidos conquistaron primero el Lejano Oriente antes de cruzar a América: “Top of the bill”, “Steambrock fever”, “Speedy’s coming” y “Catch your train”, cimbraron la Arena Monterrey coreados por los miles de fans.

Un nuevo salto temporal de casi 45 años trajo a la audiencia a escuchar “We built this house”, seguida casi sin pausa para la candenciosa “Delicate dance”.

La tranquilidad siguió a la tormenta: un set acústico con los temas ligados de “Always somewhere”, “Eye of the storm” y “Send me an angel”, permitió al público cargar energía y agarrar aire a mitad del concierto.

El tema pacifista “Wind of change”, uno de sus más rotados en la era MTV preparó a la audiencia para el salto sin paracaídas que vendría con “Rock and roll band”.

Y aún faltaba más adrenalina.

La emoción alcanzó límites insospechados al escucharse los primeros acordes de “Dynamite”, del disco “Blackout” de 1982, con su dosis de alta velocidad y contundencia marcadas por las guitarras dobles como sierras electricas, quizás la canción mas heavymetalera de la banda originaria de Hanover, una de las ciudades alemanas más industrializadas.

“In the line of fire” apenas y fue un buen tema que probablemente llegue a ser un clásico, pero
que ahora sólo sirvió de puente para el “solo” de batería de Mikkey Dee, quien alineaba con Mötorhead, ejecución lucidora y espectacular.

Y de nuevo el salto a la nostalgia y al derroche de adrenalina con “Blackout”, su álbum más conocido y clásico, y que vino aparejado con su balada rompecorazones “No one like you”, que arrancó gritos y suspiros de la concurrencia.

“Big city nights”, con su estribillo cantado por miles de bocas parecía que echaría abajo las paredes y techo de la Arena, aunque el recinto resistió el embate.

Después de una salida en falso, los “escorpiones” regresaron al escenario para interpretar otra de su legendarias baladas, “Still loving you” con el alargue de los “solos” de guitarra hasta el delirio de la audiencia.

Y al final toda fiesta termina y qué mejor forma de hacerlo que “Rock you like a hurricane”, un tema que tiene más de 30 años y no ha perdido vigencia, y que al ser inoculado cual veneno de escorpión en la sangre llevó a la locura y éxtasis a sus fieles seguidores.

La celebración por cinco décadas de rodar por el mundo llegó a su fin.

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