sábado, 16 de mayo de 2015

Es Gloria Trevi y con eso…¿basta?


En sus dos noches de lleno en el Domo Care no cantó “Dr. Psiquiatra” ni fue la a-Trevi-da de antes


Miguel Ángel Arritola
Fotos: Miguel Ángel Arritola

Los rumores corrían por los pasillos del Domo Care,  sus fans se preguntaban una y otra vez: “¿Por qué no cantó ‘Dr. Psiquiatra?, ¡se la bañó!’”.

Hubo quienes  se molestaron por el exceso de playback y otros tantos salieron contentos, mas no maravillados de su show De Película, cuya última presentación se realizó “sold out”.

La segunda actuación de Gloria en el Domo Care no tuvo variente alguna respecto su primer show. Si acaso un “cabrón” más, dicho por ella, o unas cuantas lágrimas menos, comparado con su anterior show, la noche del jueves 14 de mayo.

Sí, volvió a tener “sold out”,   volvió a cantar ese repertorio que a manera constante viene arrastrando desde casi un año, y el cual le roba frescura en su canto y en su espontaneidad a la hora de entablar diálogo con sus fans.

Todos en sus butacas apreciaron, desde su tibia entrega, hasta aquella en que por momentos, la Trevi de los años 80 se posesionaba de la artista para enloquecer a ese público por demás benevolente que le perdonó todo, hasta incluso no haberle cantado su emblemática “Dr Psiquiatra”.

Salió puntual. A las 23:00 horas, bajo una lluvia de aplausos que no duraron más allá de “Cinco minutos”; en comparación con e día anterior en el mismo Domo Care, Gloria se veía con actitud más alegre y hasta jovial.


Entregó temas como “Cácaro”, “Mujer maravilla” con un aire pícaro que tan bien le va. Después vendría la parte romántica con “Siempre a mí” en la que dijo era un tema para que justo en ese momento le hablaran a su ser querido.

“Pero no tiene que ser un amor de pareja, puede ser al amigo, al hermano, al que está a un lado de ustedes”.

Transitó con singular alegría de la risa al llanto, del llanto a la depresión y de la depresión a la enjundia, todo ello amparada con aquellas canciones que han marcado de manera definitiva  su historia musical.

Tuvo excelentes elementos para lucirse; sus fans, ese maravilloso “playback” que la ampara en canciones rítmicas y ese puñado de canciones chantajistas que abraza con suma pasión para lograr que sus fieles admiradores caigan redonditos en esa soledad que carga a cuestas sobre todo en piezas como “Con los ojos cerrados” y “El recuento de los daños”.

Su ajetreada gira la ha llevado a un cansancio que no puede disimular, sus pasos de baile son algo torpes, y a veces, se queda a la mitad de sus antes maravillosos despliegues acrobáticos.

Pero es Gloria Trevi y el público festejó que saliera como Caperucita Roja para cantar “Habla blah blah” y que se retorciera de placer con “Vestida de azúcar”.

En un total confort y franca desfachatez, Trevi ya no canta “El favor de la soledad” ni “No querías lastimarme”, es el público el que toma las riendas de ambos temas y ella sólo se limita a cantar los estribillos.

Gloria Trevi podrá presumirá que llenó dos días el Domo Care, pero en el fondo sabe que aquellas arrebatadas muestras de cariño a su arte musical, a sus loqueras y a sus arrogantes palabras a la hora de abrir heridas de su pasado en Brasil, son cada vez menos apasionantes.

Pero quizá “Mañana” se dé cuenta  de su cansancio y vuelva a ser aquella artista fresca, rebelde, sin límites ni patrones a seguir y probablemente vuelva a ser venerada e idolatrada de manera desquiciada, tanto que habría que ir con un “Dr. Psiquiatra” para volver a la cordura a un público que salió complacido, mas no satisfecho de sus shows.

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